Septiembre, según los romanos, el séptimo mes en la cuenta de Rómulo. Entre fiesta y cosecha. Se comparte música con danza, cháchara y comida, después, cada uno para su casa que hay que aprovechar.
Septiembre es mes de cosecha, de fruto maduro, de recoger el trabajo bien hecho; unos tendrán que ir a vendimiar, otros a por la cosecha de reinetas y los más afortunados podrán dormir la mañana y estar descansados para las fiestas, o descansando de ellas…las de la Encina en Ponferrada, las del Cristo en Bembibre, o las de la Soledad en Camponaraya.
Septiembre, El Bierzo huele a humo, a leña, en los patios, en los portales, en las casas: De Cacabelos a Carracedelo; de Canedo a Toral de los Vados, de Camponaraya a Quilos; huele a pimiento, el de la punta roma que enseña sus lóbulos.
Septiembre llegó para dejarnos el sabor de los Pimientos de las huertas del Bierzo, ligeramente amargos, ahumados, con sabor a otoño, que una vez asados se conservan embotados en los tarros de cristal y los botes de hojalata, para que, más adelante, podamos disfrutarlos en compañía y celebrar comida memorable en homenaje al paisanaje que mejor se lo merezca.
Septiembre, y camino por las Huertas del Sacramento en Ponferrada, donde las figuras de las Pimenteras me dan la bienvenida:
Las cuatro pimenteras de Ponferrada, de Ponferrada, de Ponferrada, de Ponferrada…
Septiembre, llega el Otoño. Llega el cambio de armario, de la chaquetina al chaquetón; llegan las lluvias y el que no espabile perderá la cosecha; llega el pimiento, y la leña para asarlo y para estar confortables al calor de la chapa y los fogones, esperando a que llegue el crudo invierno.
Apenas quedan voces de famosos promocionando El Bierzo, solo el estribillo del «A Ponferrada me voy» que se diluye en el paisaje de las antiguas huertas con las cuatro figuras de las “pimenteras” catalizadoras de recuerdos: Colores, del rojo al naranja oscuro; Imágenes, la del pimiento sobre la chapa candente; Familia y cocina, la de la madre, que asa los pimientos para mi, o la de la abuela que alguna vez olvida en que ciudad vivo pero que jamás olvida lo que me gusta.
Que ustedes los disfruten, en septiembre, o lo que tarde en llegar el invierno, los Pimientos Asados del Bierzo.