A nadie se le escapa, sea devoto o ateo, que Semana Santa es una época de una gran riqueza gastronómica. La lista de postres y dulces tradicionales está mundialmente encabezada por los “huevos de pascua”. Mientras que la versión castiza de este dulce, las “monas de Pascua”, tiene su fama en zonas como Murcia, Levante, Cataluña y Aragón, en el resto del territorio existe una interminable lista de dulces y postres cuya principal referencia es La Torrija.
Desde Comer de León ya os hemos hablado de los dulces en anteriores ocasiones. Y lo cierto es que para los más cumplidores con las tradiciones cristianas son una forma excepcional de disfrutar comiendo sin caer en el pecado. Sin embargo hoy el día para hablaros del otro plato estrella de estas fechas, el «Bacalao estilo Valderas», la variante cazurra del «ajo arriero», a base de ajo, pimentón, aceite de oliva, bacalao en salazón y algún ingrediente secreto que se nos escapa…
Bacalao Estilo Valderas – Los Gatitos from Comer De Leon on Vimeo.
Para que la experiencia sea más auténtica, es altamente recomendable degustar este plato en uno de los templos del bacalao en la provincia de León: el Restaurante Los Gatitos. Este espacio tiene encanto por su comida tradicional pero también por su ambiguo nombre y su misteriosa localización. Poder comer allí tiene su truco ya que ni se admiten reservas, ni está claro cuál es su denominación (¿«Los gatitos», «El gatito», «Casa Gatito» o «Gatito», a secas?), mención aparte de la ausencia de cartel indicativo, así que en estos casos lo mejor es parar a algún lugareño y preguntarle o darse una vuelta por el pueblo en busca de una larga cola de comensales hambrientos esperando su turno.
En esta casa, cuya cabeza visible hoy en día es Santos Lopez, se lleva haciendo el bacalao con la misma receta desde los años 40. El menú que apenas ha variado en estas décadas, se basa en buen producto, sencillez y una perfecta ejecución: bacalao o conejo, pan bregado y de beber un clarete Prieto Picudo, de la Bodega valderense Casto Pequeño. Al fin y al cabo estamos en la parte más al sur de la Denominación de Origen Tierra de León y no tomar un vino de la tierra aquí sería pecado.
Los ingredientes, y especialmente la preparación de la receta, son algunos de los grandes secretos que guarda Valderas: Bacalao desalado (según cuenta la leyenda se desala durante varios días con leche), dientes de ajo cortados en láminas, pimentón, agua y aceite de oliva. Además, en estos casos es importante la liturgia que acompaña al plato. Imprescindible que se consuma recién hecho, y es que ¿quién se puede resistir a una cazuela de barro haciendo «chup-chup», con el pan bregado listo para ser mojado en la salsa y el clarete típico de la zona acompañando los intensos sabores?.
Los postres del Gatito, flan casero o queso de overja curado, representan a la perfección la filosofía del restaurante: sencillez y calidad. En nuestro caso, para dar buena cuenta de los ultimos tragos de vino optamos por el queso, de Manzer, sencillamente espectacular, justificando de sobra los tres galardones con los que han sido reconocidos en la última edición de los World Cheese Awards.
Olvidaos de cafés y sobremesa, en El Gatito es muy probable que haya gente esperando a que te levantes de tu mesa para pedir su comanda por lo que la recomendación es dar un paseo por Valderas en busca de una terraza en la poder continuar disfrutando de otro rincón único de la provincia de León.