Si hay algo característico del mes de septiembre eso es la vendimia, y parece que así ha sido toda la vida. Ya en el siglo XII, el maestro que ilustró cada uno de los 12 meses del Calendario Agrícola de San Isidoro, dibujaba, para el mes de Septiembre, a un vendimiador recogiendo los frutos de la viña. Por cierto, en caso de que aún no os hayáis fijado, en el pie de nuestra web indicamos el mes actual con la imagen correspondiente del mensario de San Isidoro.
Como ya os he contado en algún post anterior soy de León, a 25 kilómetros de Valdevimbre y a unos 100 del Bierzo, las dos zonas vinícolas de la provincia de León. Pese a la cercanía, mi experiencia en la vendimia es nula y mi relación más personal con ella es a través de lo que cuentan otras personas. Como las anécdotas de mis amigos sobre aquellas ocasiones en las que se escaqueaban de recoger la uva Prieto Picudo tirándose al suelo entre las viñas para dormir la resaca del día anterior; o las experiencias de mi pareja, de la tierra del Godello y la Mencía, que siempre me dice que vendimiar es una de las cosas más cansadas que ha conocido.
Con estos antecedentes sería pretencioso ponerme a hablar del envero, o de que este año se ha adelantado la floración o explicar cómo ha afectado la lluvia a la cosecha o al tamaño de la uva. Aún así me voy a arriesgar a ofreceros el punto de vista de la vendimia desde los ojos de un oficinista, de manos suaves y tersas que lo más cerca que han estado de la viña fue cuando capturaron las fotos que ilustran las tres piezas clave de mi particular visión de la recogida de la uva en El Bierzo:
Las cepas
De uvas Mencía (tintas), que parecen ser unas de las primeras variedades de uva que se introdujeron en España, o de Godello y Doña Blanca, si hablamos de las uvas blancas. Las cepas de vino del Bierzo se pueden ver en suelos arcillosos o en laderas de pizarra, a más altura, éstas últimas, según los expertos, dan lugar a los vinos más auténticos de la comarca.
Los viñedos de cepas de uva mencía son, sin lugar a dudas, uno de los paisajes más característicos del Bierzo, esos que generan morriña a los bercianos en el exilio y que se empiezan a ver una vez se pasa el Manzanal.
La uva
La actriz principal de la vendimia. Si recogemos Mencía será en racimos pequeños y compactos y con uvas homogéneas, son uvas dulces y según dicen los enólogos son una variedad ideal para elaborar vinos envejecidos.
Si lo que se recolecta es uva blanca, nos encontraremos uva Godello que es redonda, pequeña y de piel dura o uva Doña Blanca que tiene racimos alargados de uvas con una piel más fina.
Los vendimiadores
Son los auténticos protagonistas de la vendimia, los que madrugan, sufren los calores del final del verano y sin los que no podríamos disfrutar de los caldos del Bierzo a lo largo del año. Atrás quedan los tiempos en los que los bercianos se encargaban casi en exclusiva de recoger la uva y hoy en día ya no es extraño ver temporeros de otros países que se ganan la vida vendimiando en tierras bercianas.
Aunque la vendimia sigue siendo un trabajo principalmente manual, los tiempos cambian. Se ha pasado de mover la uva mediante carros tirados por animales de carga a hacerlo con modernas máquinas recolectoras así como de cargar toscos cestos de mimbre a utilizar cajones de materiales más ligeros y ágiles. Incluso las canciones populares de los vendimiadores ahora compiten con el sonido de un festival de música Indie entre las viñas del Bierzo que posiblemente atraiga a un buen número de oficinistas que después de la experiencia se interesen por conocer un poco más la vendimia.