San Froilan: Pendones, carros y cantaderas
2 de octubre, 2014
Cuando eres niño o adolescente te pasas todo el año esperando el mes de Junio por dos razones, el fin del curso escolar y la llegada de las fiestas de San Juan y San Pedro. Es una época de tu vida en la que aun no tienes el sentimiento leonés arraigado y piensas más en las verbenas, la feria y los conciertos de estrellas del pop que en disfrutar las milenarias tradiciones de tu tierra.
Pero todos nos hacemos mayores y las inquietudes cambian y piensas que las costumbres de tus padres y abuelos pueden ser más interesantes que esas modas como saltar hogueras o quemar papelitos en los que se escriben deseos. Es el momento en que prefieres la llegada del otoño y de las fiestas de San Froilán, el autentico patrón de la ciudad de León.
En San Froilán no tienen cabida los fuegos artificiales o las atracciones de feria porque hay otras cosas que ver en unas fiestas arraigadas en la vida leonesa desde hace cientos de años, pero ¿cuáles son esas costumbres?, ¿qué es lo que hacen los cazurros en los días previos al 5 de Octubre?
Los Pendones
A pesar de que la R.A.E. se refiere a ellos como personas cuyo comportamiento es descarado, impúdico o desordenado, hablar de pendones en la provincia de León es mencionar una costumbre tan arraigada como los aluches o los magostos. Aunque ojo, también es posible encontrar de los otros, entrando y saliendo por los bares del Barrio Húmedo.
Los pendones son grandes varas o mástiles de más de 7 metros (o de hasta 5 metros, que en este caso se llaman pendonetas) que portan una tela identificativa del pueblo al que representan. Tienen un origen medieval, ya que los señores feudales los usaban para poder identificar y agrupar a sus soldados en la batalla.
El domingo anterior al día de San Froilan protagonizan una de las tradiciones más vistosas de estas fiestas, en la que cerca de 150 pueblos de la provincia compiten para determinar quien baila mejor estos estandartes y cual es la comitiva que mejor los acompaña por las calles de León. Este año los premios han ido a parar a Valdefresno, Villaturiel y San Martín del Camino.
Los carros engalanados
La tradición manda. Vestidos con sus mejores galas, los habitantes de la provincia tenían por costumbre dirigirse, el día de San Froilán, al Santuario de la Virgen del Camino llevando sus aperos de labranza en carros tirados por bueyes y mulas.
Hoy en día los aperos han sido sustituidos por herramientas mecanizadas y los carros por compleja maquinaria, pero el domingo anterior a San Froilán los leoneses retroceden cientos de años en el tiempo y exhiben orgullosos hermosos carros, repletos de tradicionales detalles como arados, hogazas de pan o productos de la tierra y de la matanza, con el propósito de no olvidar sus raíces.
El premio se lo llevarán los carros que tengan las mejores parejas de vacas, bueyes, caballos y burros, así como los mejor engalanados. Aparte del pellizco económico (que va de los 60 a los 800 Euros) los dos mejores se exponen en la carpa de la Feria de la Morcilla, en la Plaza Mayor, hasta el día de San Froilán, que subirán a la Virgen del Camino
Las Cantaderas
Rememora la victoria cristiana en la batalla de Clavijo y la finalización del pago del Tributo de las cien doncellas que los reyes asturleoneses tenían que satisfacer todos los años a las autoridades musulmanas. Se celebra el domingo anterior a San Froilán y en esta ceremonia podremos ver a una mujer mora, que se llama “sotadera”, marcando el ritmo al que las doncellas o “cantaderas” deben bailar, de acuerdo con las costumbres musulmanas.
Se celebra con un gran cortejo medieval que va desde la plaza de San Marcelo hasta el Claustro de la Catedral, en donde alcalde, concejales y demás autoridades se apresuran por salir bien en la foto o en la primera página de las noticias del día siguiente, la excusa se llama «el foro u oferta», donde se escenifica una disputa dialéctica sobre si las ofrendas del pueblo al Cabildo son una obligación (como mantienen los clérigos) o un ofrecimiento (la oferta) que el pueblo hace de manera voluntaria.
Tras el pleito se celebran una misa y un desfile en el que la comitiva formada por corporativos, doncellas, carros engalanados y pendones se trasladan hasta la Plaza del Grano, en donde se mezclarán con viajeros y autóctonos. Es aquí donde empiezan las tradiciones gastronómicas de estas fiestas, mientras se espera el veredicto que diga cuales son los mejores carros y pendones de este año, los olores y sabores mas típicamente leoneses invadien a la multitud que curiosea.
Hay chorizo, protagonista de varios de los relatos de este blog, asado o entrecallado, rojizo por el efecto del pimentón, jugoso y de sabor ligeramente picante y ahumado que nos transporta a los duros meses de invierno en donde es herramienta indispensable para luchar contra el frío.
Como pareja de baile una copa de vino, de la Tierra de León, o simplemente de León, casan bien, no solo por la similitud de colores, sino porque, rosado o tinto, el vino de la uva prieto picudo es especialmente aromático y tiene la acidez natural necesaria para calmar los picores generados por el chorizo. Aunque la vendimia está reciente, será necesario esperar a la nueva cosecha disfrutando de otras añadas; si nos decantamos por un crianza habrá estado envejeciendo al menos 24 meses, 6 de ellos en barricas de roble; si somos más sibaritas podemos pedir un Reserva al tabernero y será un vino con al menos 36 meses de envejecimiento, 12 de ellos en barrica.
También habrá morcilla, frutos secos, incluso dulces típicos, pero eso merece un post aparte. Nos vemos en La Virgen.
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